17 de noviembre de 2008

Aloha!

Kaixo familia!

No nos ha tragado la tierra, no. Estamos sanos, y eso sí, de acá para allá. No penséis que nos hemos vuelto urbanitas de repente y nos hemos quedado en San Francisco. Varios días allá fueron suficientes para arreglar algún tema de logística y conocer un poco la ciudad.

Ander, seguimos tu consejo, y uno de los días alquilamos una bici para conocer la bahía de San Francisco, hasta Sausalito y Tiburón, tras cruzar el famoso puente Golden Gate. Después volvimos en ferry. Olga, ¿qué tal la periostitis de Ane? En San Francisco hemos visto cientos de niñas jugando al fútbol y muchas mujeres haciendo deporte por algo más que estética y salud. Espero que se recupere pronto, anímala a seguir. Aita, ¿qué te parecería encontrarte un montón de leones marinos, gordos gordos, tumbados al sol en el pantalán, al volver de pescar? ¡Y a ver quién mueve a esas moles! En el muelle 39 de San Francisco, hay montones de ellos de forma permanente.















Vistas del centro financiero de San Francisco.




















Puente Golden Gate.















Casas flotantes en Sausalito.

¿Y después, a dónde? Pues a buscar un poco de naturaleza. Yosemite, Kings Canyon, Sequoya, Dead Valley y Grand Canyon National Parks. Para ello alquilamos un coche, pedimos lo más económico y nos dieron un coche que era más de pureta que tu Zafira, Luis.

Nada más llegar a Yosemite nos encontramos con tres escaladores que ya conocíamos y acampamos en el Camp 4 con ellos y un montón de escaladores más, en un ambiente majillo. Hubiérais disfrutado aquí, Rubén y Raul. Todo ello aderezado con varios encuentros con ositos del lugar. Alguno, un poco atrevido, nos robó las patatas fritas a nuestras espaldas, mientras nos calentábamos al fuego. Porque en California también hace frío, sobre todo en altura. Hemos pasado mucho frío con la tienda del Lidl y los sacos de 600 gr. Ya sabes, David, limando gramos, sufriendo a ratos, pero sarna con gusto...




















La famosa pared de El Capitán (Yosemite N.P.).















Sólo un poco de prudencia: nada de comida, bebida, cremas, jabones, ni nada que huela en el coche o en la tienda. Abren los coches como latas de sardina, no vamos a pensar lo que harían en la tienda…

Nos dejamos, sin darnos cuenta, dos barritas energéticas en la mochila la primera noche. Pablo, uno de los compañeros de parcela nos dijo que como no podía dormir, se levantó sobre las 5:00 a dar una vuelta... Vió una mancha grande al lado de nuestra tienda... ¡y al enfocar con la frontal se dió cuenta que era un pedazo oso olisqueándonos!...















Eso que véis al fondo a la derecha, es nuestra casa de campo.















Con Ander, Javi y Pablo, nuestros compis trepadores, visitando Mariposa Grove, bosquecito de sequoyas dentro del Parque de Yosemite.

En el Camp 4 también conocimos a Cadence. Una suerte terrible encontrar a una chica tan simpática y conocedora de un montón de rutas por diferentes Parques, por haber trabajado en muchos de ellos y recorrido otros muchos. Varios de los pateos que hemos hecho han sido gracias a ella.















Vista del Half Dome desde el Glacier Point (Yosemite N.P.).





























Ascensión al Half Dome (Yosemite N.P.).















En la cima del Half Dome.

Después de Yosemite, nos fuimos a Kings Canyon y Sequoya N.P. y aparte de ríos, montañas, animalitos y árboles gigantes, pudimos disfrutar de vistas como la que podéis ver abajo.







Hanging Rock (Sequoya N.P.).















Rodeada de gigantes sequoyas.

Y para conocer la parte desértica del suroeste estadounidense nos fuimos a Dead Valley. Este Parque es seco, seco… o así suele ser, porque de tres días nos llovieron dos. Si los sequoyas nos impresionaron, no fueron menos estas descarnadas tierras. Los desiertos me parecen preciosos, por su belleza sobria y rotunda, sin florituras, con formas y colores imposibles de imaginar fuera de estos lugares.




















Mosaic Canyon (Dead Valley N.P.).















Las dunas de arena no abundan en Dead Valley N.P.







Vistas desde Zabrinsky Point (Dead Valley).















Estamos como para despistarnos (serpiente de cascabel).















El color llama al color (Artist´s Palette).




















Salinas en Dead Valley.

De camino al Grand Canyon N.P. pasamos por Las Vegas. Había que verlo. Bullicio de día, lo mismo de noche… Luces, montones de luces y gente que se divertía en grupo y otros muchos que no me parecieron muy felices precisamente, frente a los tragaperras, solos…




















Casino Excalibur, de cuento por fuera…




















…un horror por dentro.















Así que nos piramos rápidamente…

Pasamos por la gran presa Hoover en el río Colorado, y nos entraron dudas de qué hora poner en el reloj. No era el primer cambio horario, precisamente.





























La fama que tiene el Grand Canyon es merecida. Desde luego, somos afortunados por poder mirar, ver y caminar por estos sitios disfrutándolos desde dentro, no sólo desde fuera.





























Ni un montón de carteles disuasorios pudieron convencernos de no bajar a tocar el Colorado...
















































Eso sí, nadie dijo que iba a ser fácil…















Pero no me podía marchar sin ver una tarántula… y fue, pensarlo durante todo el día, y cruzarse una en el camino… ¡yuhuuuuu!

Se acercaba el día en que teníamos que devolver el coche en Los Angeles, así que para allá fuimos, parando primero en Flagstaff.

Los Angeles es ENORME. San Francisco es un pueblito al lado de esta macrociudad. Menos mal que nos quedamos en Santa Mónica, donde los “bicipolis” de la serie de televisión.

En ambas ciudades habita un montonazo de hispanos, así que en casi cualquier lado nos arreglábamos con el castellano. La verdad es que la gente ha sido especialmente amable en todos los sitios.















Vistas del centro financiero de Los Angeles desde la planta 26 del City Hall (ayuntamiento).

Fuimos a caminar por el Paseo de la Fama en Hollywood, ese de las estrellitas en el suelo con nombres de artistas. Una callejuela, como otra cualquiera, sin demasiado glamour…




















Por encima de “la fama”.

Y desde el día 10 de noviembre habitamos por tierras hawaiianas…

Ama, estarías encantada con tanto colorido, tantas flores… Ido, hace un calorcito... y el agua está de buena... Y Arka, tú disfrutarías con las olas… Sunset Beach, Banzai Pipeline, Waimea Bay Beach… es el paraiso del surf, buen tiempo y buenas olas.

Primero volamos a Honolulu, que está en O´ahu la isla más visitada de las seis más grandes.















Waikiki Beach (Honolulu).




















Había que probar las olas hawaiianas…















Es verdad que existen las playas paradisíacas, no atestadas por la muchedumbre (Waimanalo Beach), y no hay que alejarse demasiado…

En esta isla está la que llegó a ser la mayor plantación de piñas del mundo, Dole Plantation. Curioso saber que cada planta de piña da tres frutos en aproximadamente cuatro años y después la retiran, porque los siguientes frutos son cada vez más pequeños. Con lo que me gustan las piñas… y lo que le cuestan a la “madre tierra”.















Una variedad de piña.





























Atardecer en Pipeline, en la famosa North Shore (costa norte) de O´ahu.





















Hanauma Bay, estupendo lugar para el snorkelling (buceo con gafas y tubo), apto para todas las edades.

¡Y nadamos junto a tortugas!















¡Aquí hubieras sacado chispas a tu arte, Agustín!















Y vosotros hubiérais disfrutado de los “bichos”, Josu y Esther.















En un resalte junto al mar, un tanto escondido, ¡nos topamos con una boda hawaiiana!

Ayer, día 15 de noviembre, volamos a Kaua´i, al oeste de O´ahu. La menos turística de las islas grandes y la más agreste. Aquí se han grabado un montón de películas que buscaban naturaleza salvaje, y a por ella hemos venido.

Por de pronto, la infraestructura no tiene nada que ver con la de su vecina O´ahu y llueve que da gusto.





























Seguiremos mirando, y viendo, y caminando…

Aloha!